miércoles, 4 de mayo de 2016

CONCLUSIÓN DE EL PRINCIPITO (PERO CON UNA HISTORIA)

EL CAMPESINO Y EL CORDERO:

Un campesino quiere vender su cordero en el mercado más caro que conoce,
pero para ir a la ciudad del mercado hay que cruzar por la escultura de un viejo sabio que murió hace tiempo.

Decían antiguos supervivientes que los viajeros que se aventuraban a ir no volvían jamás gracias a los acertijos de la vieja estatua.
El campesino era sabio y valientemente se aventuro a ir y superar el reto.
Caminaron durante días hasta que al fin llegaron a la estatua.
-¿Hola?- pregunto el campesino.
-Hola- respondió la estatua.
-Me gustaría pasar por sus puertas para ir a la ciudad.-dijo el campesino.
-Hmmmm... de acuerdo,- respondió la estatua.- Pero antes irás allá, a ese rebaño de corderos, y me dirás si tu cordero es distinto a los demás.
Si me respondes correctamente, te dejaré pasar, si no, morirás en estas puertas.

El campesino observó los corderos durante un buen rato y volvió junto a la estatua.
-¿Y bien?- pregunto la escultura.
-Mi cordero es distinto a los demás.
La estatua sonrió y abrió sus puertas.

CONCLUSIÓN:
"Lo esencial es invisible a los ojos"
El tiempo que pierdes con alguien, sirve para poder conocerlo.
Si un día te cruzas con alguien conocido piensas:
-Ala, hay esta Paula, es una muy buena amiga, le gusta dibujar.
En cambio, si no lo conocieras, podrías pensar:
-Oh, ¿como se llamara a esa chica? No se como se llamara, pero parece que le gustan las matemáticas...
Espero que esto sirva para algo a alguien...

Sara Alonso, 5º de primaria

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